Novena Sexto día
Día: 1 / 2 / 3 / 4 / 5 / 6 / 7 / 8 / 9
Habla JESÚS:
«Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños y sumérgelas en mi Misericordia. Estas almas son las más parecidas a mi Corazón. Ellas me proporcionaron la fortaleza durante mi amarga Agonía, ya que las veía como ángeles terrenales, velando junto a mis Altares. Derramo sobre ellas un torrente de gracias porque sólo el alma humilde es capaz de recibir mi Gracia. Es a las almas humildes a las que concedo mi Confianza».
Misericordiosísimo Jesús, que dijiste: «Aprended de Mí, que soy manso y humilde de Corazón». Acoge en el seno de tu Corazón desbordante de piedad, a todas las almas mansas y humildes, y a las de los niños pequeños. Estas almas son la delicia de las regiones celestiales y las preferidas del Padre Eterno, que muy particularmente se recrea en ellas. Son como un ramillete de florecillas que despiden su perfume ante el trono de Dios y el mismo Dios se embriaga con su fragancia. Ellas tienen una morada permanente en tu Piadosísimo Corazón, Oh Jesús, y entonan incesantemente himnos de amor y de gloria por toda la Eternidad.
De verdad el alma humilde y mansa,
ya aquí en la tierra respira el paraíso,
y del perfume de su humilde corazón
se deleita el Creador Mismo.
Padre Eterno, vuelve tu mirada llena de Misericordia hacia las almas mansas, hacia las almas humildes y hacia las almas de los niños pequeños encerradas en el seno del Corazón de Jesús rebosante de piedad. Estas almas son las que se asemejan más a tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra hasta alcanzar tu Trono, Señor y Padre de la Misericordia y Bondad suprema. Te suplico, que bendigas a toda la Humanidad, por el amor que te inspiran estas almas y el gozo que te proporcionan, para lograr que todas las almas entonen a la vez, las alabanzas que se merece tu Misericordia, por los siglos de los siglos. AMÉN» (III,61-62).
SE RECITA LA CORONILLA DE LA MISERICORDIA